jueves, 15 de octubre de 2015

Maldita moda


¡Betún de Judea le alquiló su alma al diablo!

Bastante tiene el demonio con lo que tiene. Le sobra trabajo a Lucifer con tanto sinvergüenza, desalmado, asesino, fundamentalista, usurero, corrupto, empresa de telefonía, altos ejecutivos y especuladores. Por no hablar de los detallitos... 
Monsieur Satanás no tiene un rato libre pendiente de que te quedes sin agua caliente justo en mitad de la ducha, que la parábola del excremento de las palomas sea perfecta para que su trayectoria coincida con tu camisa nueva, que engordes un poquito cada día o que la batería del móvil diga adiós durante una llamada crucial.
No, definitivamente el diablo se merece un descanso, una noche de disco, salir a la pista a liberar tensiones y, de paso, controlar que se sirva el peor garrafón.

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